Cómo mejorar la fluidez del lenguaje

En una serie de artículos anteriores abordamos el concepto de reserva cognitiva y cómo aumentarla con consejos generales.

En el post de hoy vamos a tratar de explicar de un modo sencillo cómo mejorar la fluencia lingüística (es decir, que el habla sea fluida, sin atascarse y sin que se produzca el fenómeno de la punta de la lengua que ya hemos tratado también).

Una de las principales quejas de las personas conforme envejecen es que el fenómeno de la punta de la lengua acontece con mayor frecuencia. Es decir, que al hablar no salen las palabras con facilidad, especialmente los nombres. Esta dificultad suele crear mucho malestar, frustración e incluso preocupación por si se trata del primer síntoma de un problema cognitivo. Sin embargo, en la mayor parte de los casos se trata de un síntoma benigno del paso del tiempo (es decir, que no conlleva una patología). Aun con todo, al resultar tan molesto, resulta recomendable tratar de reducir su aparición:

-Resulta recomendable evitar el uso de las palabras “comodín” (eso, cosa, él, por ejemplo) ya que luego constará más encontrar el nombre que buscamos. Es mucho mejor tratar de usar las palabras correctas y precisas. No diremos “pásame la cosa de ella que está allí”, deberíamos decir “pásame el paraguas de Andrea que está en la mesa”.

-Todos aquellos juegos que se basen en el uso del lenguaje son aconsejables, desde el clásico juego del ahorcado, pasando por el scattergories, el scrabble, hasta juegos apps como el apalabrados.

– Los clásicos pasatiempos (como crucigramas o autodefinidos) también ayudan a conservar la fluidez de nuestra habla.

– Es aconsejable tratar de aumentar y emplear nuestro vocabulario. Buscar palabras en el diccionario y después tratar de emplearlas habitualmente es una forma sencilla de lograrlo.

-Aquellas personas que conocen dos o más idiomas (aunque no sean bilingúes) tienen una potente herramienta a su favor, emplear los idiomas que conocen (tanto a nivel oral como escrito) ayudará a mantener la fluencia lingüística.

– Por supuesto, la lectura y la escritura no pueden faltar como consejos a la hora de mantener nuestro lenguaje en forma.

– Se pueden realizar sencillos ejercicios a modo de juegos; por ejemplo, formar todas las palabras que podamos con unas determinadas letras, buscar palabras que comiencen por un determinado fonema o palabras que estén relacionadas con una categoría semántica dada (cosas que hay en un autobús, por ejemplo).

Por último, en caso de que la falta de fluidez lingüística sea muy notoria y/o molesta, se recomienda realizar una valoración (con el fin de determinar si es algo que entra dentro de lo habitual o bien nos hallamos ante un problema mayor) además de una asesoría personalizada sobre cómo mejorar y mantener esta capacidad.

¿Cómo aumentar la reserva cognitiva?

Ya que en artículos anteriores hemos hablado de la reserva cognitiva en este post vamos a abordar cómo aumentarla.

Recordemos, la reserva cognitiva es la capacidad que tienen nuestro cerebro de hacer frente al daño sobrevenido, es decir, al daño que acontece bien por el propio pasar del tiempo, bien por afecciones como daños cerebrales (de origen vascular, traumático, infeccioso, etc.) o por procesos neurodegenerativos como la demencia. Esta reserva cognitiva se crea en base a aspectos neurobiológicos y por las experiencias de vida de la persona. Así, como decíamos en el artículo anterior, aspectos como nivel educativo, complejidad laboral, bilingüismo, etc. incidirán en la creación de reserva cognitiva. O, dicho de un modo más sencillo, cuanto más usemos la cabeza, cuanto más trabajemos a nivel mental, mayor será nuestra reserva cognitiva. Además, resulta enriquecedor que las actividades que realizamos no se circunscriban a una sola área, es decir, aprender un idioma es estupendo para crear reserva cognitiva, pero si además de estudiar un idioma también hacemos cuentas y juegos de lógica todavía mejor.

A continuación expondremos pequeños juegos o ejercicios que podemos realizar para aumentar nuestra reserva cognitiva.

– Como se menciona más arriba, estudiar y practicar idiomas fomenta la creación de reserva cognitiva.

– Los juegos y pasatiempos que impliquen el uso de vocabulario (crucigramas, autodefinidos, etc.) ayudarán a aumentar la fluencia lingüística y que las palabras no se nos queden en la punta de la lengua. Además, la lectura y la escritura son fundamentales para mantener nuestras capacidades lingüísticas en un buen nivel de rendimiento.

– Es importante realizar operaciones matemáticas, aunque el cálculo cuente en general con más detractores que seguidores. Realizar cálculo mental con frecuencia nos ayuda a trabajar nuestra capacidad de concentración, así como la “agilidad” mental.

– Ciertos pasatiempos también ayudan a trabajar nuestra capacidad de concentración, así como otros aspectos de la atención. Algunos ejemplos serían la búsqueda de diferencias o las sopas de letras.

– Los juegos de cartas tradicionales (guiñote, mus, etc.) así como el dominó permiten trabajar aspectos de nuestra cognición como el pensamiento abstracto, la creación de estrategias o la capacidad de inhibición.

-Existen juegos que fomentan tanto la atención como la memoria, uno de los que más me gusta es la búsqueda de pares. Hay diferentes formatos, pero todos suelen basarse en una serie de imágenes que se repiten por pares, siendo el objetivo del juego encontrar las que son iguales, normalmente las imágenes están boca bajo y hay que ir levantando cartas, recordando qué imágenes hemos visto ya y dónde se encuentran sus iguales.

En próximas entradas seguiremos ahondando en cómo mejorar nuestra reserva cognitiva.

Recomendación Septiembre

Aunque nunca es tarde si la dicha es buena, la recomendación de septiemnbre se ha hecho de rogar.

Con un poco de retraso, os traigo las recomendaciones del mes de septiembre. Ya es que este mes hemos hablado sobre el alzheimer y la reserva cognitiva, en primer lugar me gustaría recomendaros el artículo de Lojo-Seoane y colaboradores del año 2012, titulado “¿Previene la actividad intelectual el deterioro cognitivo? Relaciones entre reserva cognitiva y deterioro cognitivo ligero”. Este artículo expone de forma clara y sencilla qué ha encontrado la investigación sobre este apasionante tema y qué factores son los que ayudan a crear una buena reserva cognitiva. Creo que su lectura es recomendable no sólo para psicólogos, sino para todo aquel que esté interesado en el tema. La referencia es: Lojo-Seoane, C., Facal, D., & Juncos-Rabadán, O. (2012). ¿Previene la actividad intelectual el deterioro cognitivo? Relaciones entre reserva cognitiva y deterioro cognitivo ligero. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 47(6), 270-278. https://doi.org/10.1016/j.regg.2012.02.006

Aquí os dejo un enlace donde podéis encontrar el texto.

 

Mi segunda recomendación es una película del año 2011 “El exótico hotel Marigold”. Esta cinta, de producción británica, cuenta con maestros de la interpretación como Maggie Smith, Bill Nighy o Tom Wilkinson. En clave de humor esta película nos introduce en temas que están totalmente de actualidad como el cuidado de las personas ancianas (especialmente aquellas que no tienen familia), la globalización y la externalización de servicios, la monetarización de los cuidados, etc.También trata temas que desde que el hombre es hombre ocupan nuestra reflexión, el paso del tiempo, la muerte, el amor, la amistad… Esta cinta nos permite además, ver las diferencias entre los cuidados y las relaciones familiares entre los mediterráneos y los sajones.

Espero que ambas recomendaciones sean de vuestro interés.

¿Qué es la reserva cognitiva?

En los últimos años, debido al envejecimiento poblacional así como al aumento de la esperanza de vida, ha crecido la preocupación por hallar curas y, en todo caso, prevenir la aparición de patologías que se han vinculado tradicionalmente con el envejecimiento. Esta preocupación incluye las enfermedades neurodegenerativas como las demencias.

Es habitual ver en los medios de comunicación como se van logrando pequeños avances en el campo; sin embargo, a día de hoy, no existe ningún tratamiento o intervención que sea curativa, siendo todas las herramientas con las que contamos paliativas (es decir, tratarían de paliar los daños que va causando la enfermedad así como ralentizar su avance).

Existen múltiples mitos acerca de la demencia, en concreto de la enfermedad de alzheimer (que es solo una de muchas demencias que se pueden padecer; en la próxima entrada hablaremos de ello). Desde un factor contagioso a alimentos mágicos que prevendrían su aparición y posterior desarrollo. En la actualidad, ningún alimento o componente ha mostrado científicamente que pueda curar la patología si bien una dieta sana y equilibrada es básica para mantener nuestra salud en buen funcionamiento.

Actualmente, hay tres factores que se reconocen con capacidad de prevenir o ralentizar el curso de la demencia: el ejercicio físico aeróbico, la dieta sana y la creación de la reserva cognitiva.

La reserva cognitiva ha sido definida como la adaptación que hace el cerebro ante una lesión (que puede venir por un ictus, un golpe, una infección o la aparición de una demencia, por ejemplo) empleando recursos cognitivos preexistentes (habilidades mentales que han sido desarrolladas durante toda la vida, por decirlo de algún modo) o bien recursos de compensación mediante la activación de nuevas redes neuronales. Simplificándolo un poco, podríamos decir que la reserva cognitiva es la capacidad que tiene el cerebro para hacer frente a un daño o lesión empleando los recursos que ha generado a lo largo de la vida con anterioridad a la aparición del problema. Esta reserva se desarrolla como resultado de factores neurobiológicos y los efectos de las experiencias de vida (educación, complejidad laboral, actividad física, ocio, estilo de vida, bilingüismo y actividad cognitiva).

De todos los factores citados, el nivel de educación es quizá la variable asociada a la creación de reserva más estudiada, apoyando la mayoría de estudios la idea de que un nivel educativo alto retrasa la aparición de la demencia. Además, no solo retrasaría la aparición sino que una vez que el daño se presenta, la demencia va a avanzar de forma más lenta que en caso de que el nivel educativo sea más bajo.

Aun con todo, hay que tener en cuenta las diferencias interindividuales (las diferencias que se dan de persona a persona), ya que existen muchas variables a tener en cuenta en el avance de una patología como la demencia.

En general, la mejor forma de crear reserva cognitiva es “usar la cabeza”: aprender idiomas nuevos, hacer cálculo mental (y no emplear tanto la calculadora), tratar de memorizar cosas importantes (números de teléfono, direcciones, etc.) aunque contemos con una agenda de soporte, escribir, hacer juegos de lógica, realizar pasatiempos (sopas de letras, buscar las diferencias, crucigramas, sudokus, etc.), jugar al ajedrez, juegos de cartas, leer, etc. La idea es realizar la mayor cantidad de actividades estimulantes posibles, siendo también importante la variedad (es decir, hacer crucigramas es positivo pero solo trabaja ciertas habilidades, por tanto, habría que realizar otras actividades complementarias).

La creación de reserva cognitiva es algo que hacemos durante toda la vida. Cuanta más creemos en nuestra juventud y edad adulta, mejor soportará nuestro cerebro anciano las patologías que puedan aparecer.

Os dejo este divertido vídeo de Carmen Sarabia en la final del FameLab España 2017 (un concurso de monólogos con toques humorísticos que pretende divulgar de una forma diferente) donde habla de la reserva cognitiva de un modo muy divertido:

Día Mundial de la Enfermedad de Alzheimer

Hoy, 21 de septiembre, es el Día Mundial del Alzheimer (este evento cuenta con el soporte de la Organización Mundial de la Salud). Se realizan múltiples actos desde el nivel más cercano a los ciudadanos, el local, hasta los gestos institucionales por medio de organizaciones que a veces son internacionales, como es el caso de la OMS. Con ello se pretende concienciar a la sociedad de la necesidad de promover hábitos saludables que traten de prevenir la aparición de la patología, sensibilizar a la ciudadanía sobre las necesidades de los enfermos y sus cuidadores y tratar de desarrollar más investigación que permita por fin hallar una cura.

En este blog he dedicado algunas entradas a hablar sobre los mitos más frecuentes que giran en torno a esta enfermedad (podéis veros aquí y aquí), así como a la comunicación con personas con deterioro cognitivo y a explicar qué es la valoración cognitiva.

Hoy me gustaría centrarme en otros aspectos sobre la enfermedad de alzheimer, en concreto, sobre cómo tratar de prevenirlo (o ralentizar el momento de aparición).

A día de hoy no existe un tratamiento curativo para esta enfermedad, aunque sí existen fármacos que tienen un efecto paliativo (los inhibidores de la acetilcolinesterasa). Es relativamente habitual ver en los medios generales noticias sobre alimentos o rutinas que podrían evitar la aparición de la patología. En realidad, ningún alimento, rutina o ejercicio ha mostrado de forma certera prevenir la aparición de la patología, señalándose actualmente únicamente tres factores que podrían reducir la posibilidad de aparición (o posponerla):

* Ejercicio físico: a día de hoy se considera que la realización de ejercicio físico de tipo aeróbico de forma habitual es positivo en la prevención de la aparición. Esto se debe a que mejora el sistema cardiovascular así como libera factor de crecimiento que se ha mostrado como neuroprotector.

* Dieta equilibrada: una dieta sana y equilibrada nos ayudará a evitar ciertas patologías que también causan deterioro cognitivo y además asegurará que no nos falten nutrientes necesarios para un correcto funcionamiento neurológico.

* Creación de reserva cognitiva: la reserva cognitiva es la capacidad que tiene el cerebro de hacer frente a un daño adquirido (es decir, un daño que se produce tras finalizar el desarrollo). En el próximo artículo hablaremos más sobre qué es y cómo potenciarla (podéis leer sobre ella aquí).

Algo importante que debemos tener en consideración cuando se diagnostica esta enfermedad es que, contrariamente a lo que se cree comúnmente, sí se pueden hacer cosas para que la enfermedad avance de la forma más lenta posible: desde los tratamientos farmacológicos que mencionábamos antes, la estimulación cognitiva hasta intervenciones realizadas desde la terapia ocupacional o la nutrición se pueden emprender estrategias que traten de mantener la calidad de vida del afectado el mayor tiempo posible.

Por último, una mención a los cuidadores de personas dependientes, familiares o profesionales, pues en ellos recae la difícil tarea de mantener la calidad de vida y la dignidad de la persona afectada.

Recomendación de marzo

Aunque con unos días de retraso, no podíamos olvidar las correspondientes recomendaciones de marzo. En este caso, me gustaría compartir con vosotros dos recursos que pueden resultar de gran utilidad. En primer lugar, me gustaría recomendaros el artículo “¿Previene la actividad intelectual el deterioro cognitivo? Relaciones entre reserva cognitiva y deterioro cognitivo ligero” firmado por Cristina Lojo-Seoane, David Facal y Onésimo Juncos-Rabadán, publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología (esta es la cita completa: Lojo-Seoane, C., Facal, D., & Juncos-Rabadán, O. (2012). ¿Previene la actividad intelectual el deterioro cognitivo? Relaciones entre reserva cognitiva y deterioro cognitivo ligero. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 47(6), 270-278. https://doi.org/10.1016/j.regg.2012.02.006)

Pese a tratarse de un artículo científico su lectura es sencilla y aborda dos temas que solemos tratar en este blog: la reserva cognitiva y su relación con el deterioro cognitivo. Este artículo puede resultar de especial interés para profesionales sanitarios (médicos, personal de enfermería y fisioterapia, terapeutas ocupacionales, logopedas, psicólogos, etc.) que quieran introducirse en ambos conceptos.

La segunda recomendación que os quiero hacer llegar son los vídeos de gimnasia para mayores publicados por Cruz Roja. Los ejercicios están pensados para fortalecer a las personas mayores en aquellos aspectos que más se deterioran con el paso de los años: postura, equilibrio, marcha, etc. Estos ejercicios pueden resultar especialmente útiles en un clima como el nuestro, que nos obligar a pasar tantos días encerrados en casa.

Espero que ambas recomendaciones sean de vuestro interés y de utilidad.