Como es costumbre, terminando ya el mes de agosto os traigo las recomendaciones pertinentes.
En primer lugar, una recomendación para aquellos profesionales santitarios (médicos o psicólogos) que valoréis las capacidades cognitivas de personas mayores. Pese a que tradicionalmente se ha asociado demencia a pérdida de memoria, a día de hoy sabemos que es algo mucho más complejo y global, no quedando el daño circunscrito a una sola área. Las funciones ejecutivas son aquellas que nos permiten planificar, organizar, guiar, supervisar, adecuar y evaluar nuestra conducta de tal forma que sea adaptada al entorno y eficaz para alcanzar metas. En muchas ocasiones se establece la analogía con un director de orquesta, puesto que estas funciones, de un modo u otro, son las que integran al resto y las coordinan para que su trabajo sea eficiente. Dentro de estas funciones se incluyen capacidades como la capacidad de inhibición, la memoria de trabajo, la planificación o la capacidad de abstracción, entre otras. Cuando las funciones ejecutivas fallan, por ejemplo, ante la presencia de un cuadro neurodegenerativo, la conducta de la persona puede volverse poco adecuada al contexto, rígida, desregulada emocionalmente, con problemas para planificar una estrategia que le permita conseguir sus objetivos. En un ejemplo de la vida diaria podemos pensar en cómo de golpe, un ama de casa que toda la vida se ha encargado de realizar la comida, comienza a tener problemas para cocinar, pero no debido a olvidos, si no porque los pasos a seguir para conseguir el resultado final están mal ejecutados.
La recomendación que os acercamos es la Behavioral Assessment Dysexcutive Syndrome, conocida como la BADS. Esta batería, compuesta por diferentes subtest (estimación temporal, test del zoo, TMT, búsqueda de llaves, etc.) permite una valoración bastante rápida de varias capacidades incluídas dentro de las funciones ejecutivas. Además, de los datos cuantitativos que se pueden obtener en su empleo, también nos permite obtener valiosa información cualitativa que permitirá dirimir sobre la función cognitiva del paciente.
La segunda recomendación que os acercamos es una película que ya tiene unos años (fue estrenada en el año 2008) aunque, como todas las joyas cinematográficas, el tiempo no pasa por ella. Se trata de «Gran Torino» dirigida e interpretada por Clint Eastwood. Esta pequeña obra maestra nos muestra a un anciano, veterano de la guerra de Corea, que ha enviudado recientemente y cuyo humor, además de decaido, es un muy negro. Además, se trata de un hombre lleno de prejuicios e ideas preconcebidas. Sin embargo, la amistad que surge entre él y uno de sus vecinos, el joven Thao, de origen asiático, hará que el anciano cambie su modo de ver el mundo. Esta película, llena de sensibilidad y pequeñas lecciones sobre la convivencia y la solidaridad, muestra como independientemente de la edad que tengamos siempre podemos aprender unos de otros y cambiar nuestra percepción del mundo. Además, nos enseña cómo las relaciones intergeneracionales son increiblemente beneficiosas tanto para los jóvenes como para los mayores.
Espero que ambas recomendaciones sean de vuestro interés.