Trajes que simulan la ancianidad

“Ponte en sus zapatos”

Esa frase la dice mucho mi padre cuando quiere proponer  un ejercicio de empatía. Piensa cómo se sentirá esa persona, cómo podrá reaccionar, qué capacidad de cambio tiene…

Este tipo de ejercicios de empatía no solemos hacerlos a no ser que nos veamos un poquito forzados a ello. Así que hoy os propongo que nos pongamos en los zapatos de una persona octogenaria. Desde este blog hemos repetido muchas veces que no se pueden hacer generalizaciones sobre las personas mayores, puesto que cada una es un mundo y todas tienen sus propias circunstancias y realidades. Aun así, hay ciertos factores que podríamos entender como comunes: problemas sensoriales (peor visión, audición y equilibrio), limitaciones de movilidad (que pueden ir desde un simple enlentecimiento motor a ser usuario de silla de ruedas, limitaciones articulares, etc.), cambios en la forma corporal (aumento de la curvatura de la espalda, menor elasticidad, menor fuerza, peor equilibrio, entre otros), entre otros. Aun sabiendo que existen muchos matices y excepciones, podemos hacernos una idea general de cómo es un anciano promedio.

Esta semana conocíamos la noticia de que el hospital de Getafe ha adquirido 2 trajes simuladores de la vejez. Existen diferentes modelos de estos trajes, todos ellos tienen en común el tratar de simular las condiciones psicofísicas de las personas ancianas. Por ejemplo, en todos ellos la visión se altera mediante el uso de lentes (que imitan los problemas de visión más comunes en este grupo poblacional), la movilidad se reduce, se aumenta el peso, se limita la elasticidad articular, etc.

Este tipo de trajes tienen dos utilidades fundamentales. Por una parte, sirven para probar si distintos productos o localizaciones son adecuados para este grupo poblacional (si un producto es fácil de asir y manipular, si pesa en exceso; si el lugar permite un tránsito fácil, etc.). Por otro lado, sirven para forzarnos a ponernos en la piel de una persona anciana. Para entender que si tarda más en subir al bus no es por gusto, es que posiblemente su cuerpo no pueda moverse con la misma agilidad que la de un adulto de mediana edad. O que si tardan en pagar en la cola del supermercado puede deberse a que es difícil diferenciar las monedas y cogerlas adecuadamente y no por ánimo de fastidiar al que va detrás.

Este es un video de un traje simulador desarrollado en Hong Kong dentro de un programa que busca la sensibilización de la población general con los problemas de los mayores:

 

Sería maravilloso que, al menos durante un día, todos llevásemos ese traje. Estoy segura de que nuestra actitud hacia los mayores cambiaría drásticamente.