Empezamos el año abordando una cuestión que a veces resulta compleja: ¿de qué hablamos cuando nos referimos al envejecimiento primario y secundario?
El envejecimiento primario es aquel que responde al paso del tiempo. Por tanto, tiene una base biológica y acontece en todos los seres vivos (desde plantas a animales). Este envejecimiento hace referencia al efecto que tiene el transcurrir del tiempo sobre los organismos vivos. Actualmente, se habla de la genética como la responsable del mismo.
El envejecimiento secundario es el que responde a los efectos de la conducta y el ambiente sobre el organismo. Quizá resulta más complejo de entender, pero creo que la siguiente fotografía, vía The Guardian, puede ejemplificarlo a la perfección:
Este hombre pasó 28 años trabajando con un camión de reparto. Si nos fijamos vemos claras diferencias entre el lado derecho y el izquierdo de su rostro. El lado derecho parece mucho más joven puesto que sobre él ha incidido menos la luz solar. En el lado izquierdo del rostro podemos observar el efecto de la radiación solar en la piel y cómo contribuye al envejecimiento secundario de la misma.
¿Por qué es importante diferenciar entre ambos tipos de envejecimiento? Resulta crucial porque mucha gente cree que la ancianidad es un periodo de enfermedad, decaimiento, pérdidas cognitivas, etc. debido al hecho en sí de envejecer. Sin embargo, en muchas ocasiones, estos problemas de salud no provienen del mero paso del tiempo, sino del estilo de vida de la persona. Vaya, que si el cuerpo las hace, el cuerpo las paga. Por eso es fundamental cuidarse durante todo el ciclo vital, no sólo para gozar de buena salud en ese momento concreto, sino para prevenir problemas evitables durante la ancianidad. Pensemos que si la simple exposición a la luz puede acentuar de forma tan notoria el envejecimiento, otros hábitos como el tabaquismo, el consumo de alcohol, mala alimentación, sedentarismo, mala higiene del sueño, etc., no sólo tendrán repercusiones estéticas, sino que tendrán consecuencias sobre nuestro estado de salud general, influyendo tanto en la esperanza de vida como en la calidad de esta.
Acordaos de esta foto cada vez que sintáis que no os estáis cuidando lo suficiente y recordad que la salud es tan valiosa que no se puede comprar.